¿BANXICO como promotor del crecimiento económico en México?
En el marco de la teoría monetaria, existen tres mecanismos claramente diferenciados entre sí que coadyuvan a los Bancos Centrales de los distintos países a cumplir con el objetivo de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda local mediante el control de la inflación y, en dado caso, de promover el crecimiento económico. Esto dependerá de la importancia relativa que cada institución central conceda a estos objetivos.
Tales mecanismos, mejor como conocidos como instrumentos de política monetaria, se dividen en operaciones de mercado abierto, tasa de interés de referencia y coeficiente legal de reserva. Si bien cada uno de éstos opera mediante distintos canales, en algún punto tienden a ser complementarios en función del tipo de política monetaria que un Banco Central (en adelante BC) persigue. Por ejemplo, si el BC desea aplicar una política monetaria expansiva (un aumento de la cantidad de dinero en circulación) lo puede lograr mediante una operación de mercado abierto como la compra de activos financieros a los bancos comerciales para inyectar así dinero en la economía; también puede hacer uso de la tasa de interés de referencia mediante una disminución de ésta, lo que provoca un incremento en la cantidad de dinero prestada a los bancos comerciales, aumentando así la base monetaria y, por tanto, la oferta monetaria; en el caso del coeficiente legal de reserva, al reducirse, los bancos comerciales podrán realizar más préstamos, incrementando así su capacidad de creación de dinero bancario, lo que a su vez eleva el multiplicador del dinero bancario y, en última instancia, la oferta monetaria (Larraín y Sachs, 2013).
En el caso de México, ante un escenario internacional donde las perspectivas de crecimiento global han ido a la baja, los niveles de inflación general y subyacente de las economías avanzadas permanecen estables y la política monetaria en varios bancos centrales del mundo se ha vuelto acomodaticia, el anuncio de política monetaria hecho el pasado 26 de septiembre por la Junta de Gobierno de Banco de México estableció un recorte en 25 puntos base al objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día (TIIE), hasta situarse en 7.75 por ciento. Este ajuste vino precedido por una disminución registrada en el instrumento de 8.25 a 8 por ciento, de junio a agosto de este año (véase gráfica 1). La principal razón por la que Banco de México (en adelante BANXICO) ha decidido operar a través de este mecanismo obedece al hecho de que la TIIE a un día es la tasa pagada por los bancos comerciales, cuando requieren liquidez o financiamiento, al BC; siendo esta institución la encargada de fijar su valor y convertirla así en el punto de referencia para el resto de las tasas presentes en el mercado financiero.
El panorama actual invita a reflexionar sobre los efectos que este recorte en la tasa de interés de referencia puede generar sobre la actividad económica. Para ello hay que considerar la dualidad que ésta posee. Por el lado de las familias y las empresas se estimula el consumo, ya que ambos agentes pueden obtener financiamientos más asequibles. En el primer caso, éstas pueden acceder a créditos (hipotecarios, automotrices y tarjetas bancarias) más baratos, mientras que los empresarios pueden llevar a cabo sus planes de ampliación de operaciones y/o adquisición de maquinaria y equipos. No obstante, la TIIE a un día también funciona como referencia para los instrumentos financieros, por lo que ante los últimos recortes consecutivos efectuados por BANXICO, la rentabilidad de los capitales tiende a reducirse, lo cual provoca que los inversionistas prefieran otras alternativas. Sin embargo, estas decisiones del BC también pudieran interpretarse como una medida que busca atenuar los efectos recesivos del ciclo económico, ya que la economía mexicana registró una fuerte caída del orden de 0.8 por ciento, hacia el segundo trimestre de este año, de acuerdo con la gráfica 2.
Tras el anuncio de BANXICO, ocurrió un recorte ligero en la depreciación del peso frente al dólar estadounidense al cierre de las operaciones del pasado 26 de septiembre. De hecho, el tipo de cambio a la venta se situó en $19.62, lo que representó una depreciación de 0.32 por ciento respecto al cierre del día anterior, donde alcanzó un valor de $19.56. No obstante, a pesar de esta leve mejoría, el peso continuó experimentando presiones al alza, a consecuencia de factores externos tales como la escalada de medidas proteccionistas a nivel mundial y la adopción de medidas compensatorias, entre otras (véase gráfica 3).
Ante este escenario, es oportuno señalar que los sucesivos recortes a la tasa de interés de referencia probablemente no tengan efectos inmediatos y tampoco sean suficientes para reactivar la economía nacional, a pesar de que se tienen programadas dos reuniones más sobre política monetaria el 14 de noviembre y el 19 de diciembre, donde pudieran ocurrir nuevos ajustes a la baja.
Lo anterior implica que estas acciones han de estar acompañadas de una coordinación efectiva de política económica, donde el gobierno desempeña un papel proactivo a través de la política fiscal, mientras que BANXICO, además de seguir su objetivo de política de control de la inflación, pueda tener una mayor incidencia sobre la actividad económica nacional.
Si bien esta propuesta no es un tema nuevo, sí reabre un debate añejo para BANXICO en relación a la posibilidad de asumir un rol más participativo, como el de la Reserva Federal en Estados Unidos, mediante una reforma a su mando legal para la inclusión de un objetivo explícito como lo es la promoción del crecimiento económico.
Fuentes de consulta:
a) BANXICO (2019). Anuncio de política monetaria, 26 septiembre 2019. Fecha de consulta: 2 octubre 2019. Recuperado de: https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/anuncios-de-las-decisiones-de-politica-monetaria/%7B1170CD25-C24D-E99C-F3D3-6B86D1822E65%7D.pdf
b) BANXICO (2019), en Sistemas de Información Económica (SIE). Fecha de consulta: 7 octubre 2019. Recuperado de: https://www.banxico.org.mx/SieInternet/
c) Banco de Información Económica (2019). Fecha de consulta: 5 octubre 2019. Recuperado de: https://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/
d) Larraín, F., y Sachs, J. (2013). Macroeconomía en la economía global. Ed. Pearson, tercera ed., Santiago de Chile Ltda.