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Las problemáticas del transporte de carga en México y la importancia del cambio tecnológico



Actualmente, a escala mundial, existe una creciente preocupación por el calentamiento global y a consecuencia de ello, aquellos países que suscribieron acuerdos en el marco de la COP22 con sede en Marrakech, están obligados que buscar medidas apropiadas en varios sectores productivos para mantener el calentamiento a menos de 2ºC (grados promedio estimados anualmente). Sin duda, un desafío enorme. Al respecto, uno de los sectores poco explorados es el transporte de carga y sus emisiones de CO2. En el caso de nuestro país, el transporte es responsable del 28% de las emisiones de CO2 a nivel doméstico y particularmente, el tráfico de vehículos de transporte de mercancías terrestre alcanza el 61.5% del total de las mercancías transportadas en el país (INEGI, 2015). De aquí nace la importancia de estudiar la cantidad de contaminantes producidos por estos vehículos.


Al respecto, un estudio que nos da luces sobre el tema es el que lleva por título Road Freight Transport, Logistics and CO2 emissions, case of Tabasco, México, elaborado por Christophe Rizet e Itzcoatl Ángeles del Instituto Francés Científico y Tecnológico del Transporte (IFSTTAR, por sus siglas en francés), quienes con apoyo de las encuestas y estadísticas suministradas por la SCT de Tabasco y la empresa LOGIT, concluyen que en el Este del país existe un 45% de viajes vacíos, que a su vez producen 12 millones de toneladas de CO2 por año. Otro hallazgo interesante se refiere al hecho de que las emisiones de CO2 producidas en aquella región ascienden a 75 millones de toneladas y son generadas por vehículos de carga cuya edad promedio oscila entre 10 y 20 años de antigüedad.


Asimismo, esta investigación destaca el hecho de que no existe una coordinación entre los agentes participantes (transportistas y empresas) en términos de los productos a transportar da lugar a una ausencia de políticas eficientes que busquen disminuir el impacto en el medio ambiente del CO2 debido al transporte de mercancías. Por ejemplo, si bien en México existen algunas políticas para la mitigación de las emisiones generales (como el IEPS ambiental que tiene un valor de 0.1141 pesos por litro), esto resulta insuficiente considerando el volumen de las emisiones de CO2 en México; ya que un litro de combustible produce aproximadamente 3.5 kilogramos de carbono, por lo que si se usara un precio mínimo de 20 dólares (como en algunos países que buscan la disminución de emisiones de CO2), esto equivaldría a 0.84 pesos por kilogramo y un total de 2.94 pesos por litro de combustible, lo cual no es equiparable con los 0.1141 pesos del impuesto ambiental aplicado en nuestro país.


Muchos investigadores, ambientalistas y especialistas en la materia, sugieren que se debe realizar un cambio tecnológico en el transporte; esto es, usar vehículos eléctricos, No obstante, el problema con el uso de esta tecnología es que en México el 90.4 % de la energía eléctrica producida es por medio de combustibles fósiles (Banco Mundial, 2016), además se sabe que el combustóleo o residuo del petróleo, después de haber extraído sus derivados útiles para el uso diario de la población, proviene de una mezcla pesada, lo que implica que es una de las mas contaminantes.


Por otra parte, de acuerdo con EPA's Inventory of U.S. Greenhouse Gas Emissions and Sinks (2014), la generación de energía eléctrica produce el 32% del total de las emisiones de CO2 en el mundo, por lo que en México es un gran problema debido a que no sólo no se cuenta con tecnología amigable con el medio ambiente en las carreteras, sino que un cambio en esta tecnológica vehicular en el transporte de carga todavía no emplea una fuente de energía eficiente y limpia como en otros países. Sin lugar a dudas, el cambio a energías verdes y amigables con el ambiente ha iniciado como una respuesta a los cambios climáticos que se acentúan cada vez más y que provocan un aumento en las enfermedades en vías respiratorias debido a los gases tipo invernadero (IMSS, 2016). Así, empresas como BIMBO, que anteriormente enfrentaban problemas de transporte y ruta logística, son precursoras de este cambio. Prueba de ello es que de la mano con la empresa MOLDEX (de quien es propietaria), dará comienzo la manufactura de vehículos de carga eléctricos en colaboración con la empresa China GIANT Motors Latinoamérica, que cual actualmente produce los vehículos comerciales de la marca china FAW Trucks, en Ciudad Sahagún.


El cambio tecnológico se ha puesto en marcha; el inicio no ha sido fácil, pero gradualmente algunos inversionistas se han percatado de esta oportunidad, lo que ha permitido la generación de nuevas fuentes de empleo, no sólo en la logística y producción de energía eléctrica verde, sino también en la manufactura y ensamblado de automóviles eléctricos en el país. Si en México se logra generar un cambio en el total de la generación de energía eléctrica y en la producción de vehículos eléctricos de carga, primeros en América, no sólo se generará empleo, sino que seremos un país capaz de reducir costos en términos del cambio climático, enfermedades respiratorias y cuidado de la fauna.

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